Es cada vez más evidente el interés creciente de los actuales inquilinos de Palacio por retomar parte de la actividad empresarial del Estado, bajo un esquema parecido al modelo brasileño que podría resumirse en: "Yo soy el Gobierno, tú inversionista. ¿Quieres hacer negocios y ganar mucho dinero? Muy bien, lo que quieras, pero ojo, tienes que hacerme tu socio, además de pagarme impuestos, claro está".
El formato brasileño, aparte de no haber sido muy exitoso… ha generado
no solo ingentes pérdidas por la participación del Estado, sino que ha dado
lugar a conocidos y gigantescos casos de corrupción.
Entonces uno se pregunta por qué si el terreno está parejo en el Perú y
nuestra experiencia con la actividad empresarial del Estado fue un desastre…,
tenemos que embarcarnos en cosas como las que están a punto de concretarse.
Por ejemplo, esta decisión de Petroperú de ofertar por los activos de
Repsol, zurrándose incluso en el directorio de la empresa, solo por presión de
la "pareja presidencial … O el caso también de Petroperú para la
exploración en nuevos lotes, o la participación en el Gasoducto del Sur, o en
"el futuro" polo petroquímico. Lo mismo aplica para Enapu con las
futuras concesiones de puertos, sector clave y determinante para la
competitividad del país. El reciente zarpazo en este sector ha sido quitarle el
control en materia de seguridad a la Autoridad Portuaria Nacional (APN), donde
ya participaba el Estado, pero bajo un esquema técnico y empresarial, para
dárselo a la Marina de Guerra, con el único propósito de que la Dicapi recupere
los pagos que antes "le correspondían" por algún tipo de servicio
fantasma...
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