Frente al dinamismo con el que han crecido las exportaciones en los últimos años o la manera como vienen ganando competitividad las regiones, uno pensaría que esas tendencias serían apoyadas por el Gobierno y que lo harían encantados.
Veamos las exportaciones, pese a que tenemos el 94% de nuestro intercambio asegurado por acuerdos –con lo cual el proteccionismo ya debería de estar enterrado– no hay mayor interés por negociar con la India un tratado. El motivo de la falta de entusiasmo parece ser el temor de algunos textileros a competir con ellos. Así, estamos dejando pasar la oportunidad de desarrollar un enorme mercado por proteger el margen de utilidad de algunos empresarios. Más aún, si ese criterio hubiera primado en el pasado, China no sería hoy nuestro principal mercado.Al final de cuentas son fuentes de generación de puestos de trabajo. Sin embargo, inexplicablemente las están frenando.
Por otro lado, es impresionante cómo las regiones están cerrando la brecha con Lima. Incluso, en diversos criterios del Índice de Competitividad Regional desde percepción de corrupción hasta salud y educación, pasando por institucionalidad, son las regiones las que están liderando.
Sin embargo, en los temas que permitirían acelerar aún más el crecimiento regional en el corto plazo –mayor infraestructura y reducción de obstáculos burocráticos–, el Gobierno está paralizado.
Así tenemos que en el primer caso es claro que Humala aún no acepta la participación del sector privado, las concesiones podrían ser varias veces superiores a las que efectivamente se están otorgando. Mientras que para tratar de disimular la falta de acción en desburocratizar se inventó ‘El Tramite Demás’, que suena a un concurso dirigido por Ferrando, en lugar de implementar un programa serio para eliminar los miles de trámites burocráticos que son innecesarios. Sin duda, la falta de convicción nos está frenando.
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